Ecos de guácharo VII
Está
demostrado que se puede levantar el mundo. Cualquier objetivo parece
alcanzable. El más débil de los brazos tiene la posibilidad de vencer
descomunales fuerzas. Es como David contra Goliat. A aquel pastor que fue rey
lo movía algo especial. Un ánimo al que llaman fe y que dicen que mueve
montañas. La fe cuya fuente es el amor volcado hacia un deseo, hacia un noble
proyecto. David necesitó una honda para vencer a Goliat, al igual que para
levantar el mundo hace falta, según Arquímedes, un punto de apoyo. ¿Qué son esa
honda y ese punto de apoyo? ¿Será la fe que surge del amor siempre benefactor, a
fin de cuentas, que nos mueve hacia la meta? ¿Quién nos ofrece una honda?
¿Quién nos da un punto de apoyo?