Contemplaciones: Éxtasis tercero

Y aquí seguimos ladrando a la luna, mientras cada ladrido nos roba el tiempo y, con él, la vida. La vida, ese cúmulo de tiempos ya muertos, se alimenta con el frugal aporte calórico de la esperanza, que es patrimonio de aquellos que se zambullen en el líquido amniótico del espíritu.