Susurros de un tal Nonato: susurro XXIII

Querido Nato:

El humo se esparce en el aire. Las lágrimas o se evaporan o se mezclan con una corriente de agua. El humo y las lágrimas siguen la corriente. Otros se empeñan en ir contra corriente. Hay tristezas que conducen al abandono a los que se dejan llevar. Hay tristezas que arremeten contra todo y contra todos. Otros, en cambio, van a donde quieren, dejando que el humo se disipe, que las lágrimas fluyan y que la tristeza, cansada de arremeter, se abandone a sí misma.

Con afecto, Nonato.