Ecos de guácharo IV
Ver
el futuro negro nadie lo desea. Yo sí. Mirar al frente y encontrarme ante la
más absoluta negrura. Y adentrar en ella los ojos de mi alma. Descubrir los misterios
de esa oscuridad. Oscuridad que no es tristeza, sino un universo fascinante al
que se llega a través de dos puertas. Una mirada compartida, la magia. No es
magia negra, pero su color es negro: el negro de unos ojos.