Fábrica de psicópatas

Cada ser humano nace con una conciencia que le permite, por naturaleza, distinguir el bien y el mal, pero la sociedad distorsiona la conciencia con sus normas deshumanizadoras, su competitividad fratricida, sus valores basados en el materialismo y su fomento de intereses poco altruistas, provocando que se haga complicado el uso de dicha conciencia y hasta perdiéndose esa capacidad de distinguir lo bueno de lo malo. Quienes no poseen esa capacidad son llamados psicópatas, por tanto, la sociedad es una fábrica de psicópatas.