Metamorfosis

Los renacuajos y las orugas experimentan grandes cambios a lo largo de su desarrollo. Es lo que se llama metamorfosis. Estos cambios no implican que dejen de ser lo que son. Por el contrario, son imprescindibles para que ambos lleguen a ser lo que realmente son. Si el renacuajo y la oruga no cambian es porque están muertos.
Del mismo modo, el ser humano debe realizar en sí mismo, sin miedo, los cambios que sean necesarios para desarrollar todo su potencial, porque ser uno mismo no implica resistirse al cambio. Sin esa "metamorfosis", acaba convirtiéndose en un fantasma, una podrida reliquia del pasado. Sólo a través de la conversión puede llegar a ser él mismo.