Susurros de un tal Nonato: susurro XIV

Querido Nato:

Siempre hay un punto de apoyo, y haciendo caso a las palabras de Arquímedes, si hay un punto de apoyo, podemos levantar el mundo. Una fuerza interior, el soporte de una mano amiga, un simple rayo de luz entre la niebla... Manifestaciones de algo colosal (yo diría Dios) que soporta la maquinaria del universo colmándolo de una energía fluye como un manantial de alegría que no sólo contrarresta el llanto, sino que lo disuelve y lo hace desaparecer y que de una manera arrolladora nos empuja desde lo más hondo para llegar más lejos, para volar más alto para que el desconsuelo no sea obstáculo ante el entusiasmo del que camina hacia adelante con un el inconfundible brillo en la mirada de un júbilo indeleble.

Con afecto, Nonato.