Dedicatoria de un tal Nato para un amigo dormido: para Carmelation

Carmelation:

Así solía llamarte, amigo Carmelo, en aquellas clases particulares de inglés en las que fui tu profesor. Hace algunos días, me decía uno de tus hermanos que habías comprado un regalo para mí y que me lo darías cuando te recuperaras. Tú mismo eras un inmenso regalo; tú y la amistad que tanto me demostraste. Siguen vivas esa amistad y todas las cosas buenas que nos unieron y nos unen. Es una unión que permanece.